LES JOURS OÙ JE N'EXISTE PAS (Jean-Charles Fitoussi,
2002)
Resulta alentador encontrarse, dentro del contexto
del cine fantástico, obras que consigan sorprender dando una vuelta a los planteamientos
habituales de un género quizá demasiado encorsetado y "restringido"
por los elementos propios.
La película que nos ocupa narra la peculiar vida de
Antoine, un joven parisino que posee la peculiaridad de vivir solo un día de
cada dos. A las doce de la noche se acuesta en la cama y se volatiliza hasta
las doce de la noche del día siguiente. Antoine vive con cierto pesar ese
tiempo perdido y su temor se acrecienta cuando conoce a Clémentine, una joven
de la que se enamora.
Les jours où je n'existe pas es una película de Jean
Charles Fitoussi, asistente de dirección de los Straub, y la influencia de
estos se nota en el ritmo y la puesta en escena. No es un film fácil, ni
convencional, sino pausado y contemplativo. Los personajes se mueven con
placidez y se recrean en lo cotidiano con un increible realismo, lo cual hace
que toda la parte fantástica de la película se plasme con una naturalidad pocas
veces vista en el género. Y es que una de las principales virtudes de esta
película es como varia sus registros manteniendo un mismo tono. Pasamos de un
drama existencialista a un film romántico, o a una película fantástica sazonada
con un sutil sentido del humor netamente burlesco con la condición humana. Y la
cámara, escrutadora, se mantiene siempre uniforme, filmando los márgenes con la
misma firmeza con la que enmarca un primer plano facial. Pero nada enfático,
sino como si estuviese filmando un documental de un mundo irreal.
Algo destacable dentro de la puesta en escena es el
uso de los espacios vacios, utilizados aquí
como
elemento conceptual sobre el que se articulan forma y fondo. Es habitual a
lo largo del film los encuadres en los que alguno de los personajes queda
relegado a un espacio aparentemente marginal dentro de su propia composición.
Todo muy "bressoniano", pero a la vez diferente en sus intenciones,
igual que esas panorámicas tan "straubianas" que en ocasiones remiten
a Garrel. Como esos planos de los protagonistas en contraposición (comiendo, o
recorriendo el río en la pequeña barca), en los que el protagonismo no es
secuencial, si no de encuadre, pudiendo saltar de un elemento a otro en una
misma secuencia.
Es una pena que no haya podido ver más películas de
Fitoussi (a excepción del magnífico documental sobre el rodaje de Sicilia!, de
Jean Marie Straub y Danielle Huillet) por la falta de difusión en nuestro país.
En especial la gigantesca (¡190 minutos!) y alabada Je ne suis pas morte (2008),
que se pudo ver en el pasado Festival Internacional de Cine de Gijón, en una
copia de 35 mm. Habrá que esperar futuras retrospectivas para poder disfrutar
de la que parece una de las obras más peculiares y estimulantes del último cine
francés.
Película:
https://mega.co.nz/#!rdYVzSKI!abl5HRqsXWy3_IIAUaj31_2l_s_ei4P4tjiP8s3cha4
Subtítulos:
https://mega.co.nz/#!uRAFALAR!_1PFwPbp1luef4vFigvlatnGEwBPBDHOBLQ-Ld1N_yc

